La nieve caída aquella mañana presagió la muerte anunciada de la niña que pretendió su amor bajo la luna estival. Debía aceptarlo, junio había dado paso a enero,… y otras manos eran dueñas de su recién estrenado cuerpo en libertad.
miércoles, 14 de enero de 2009
Verano vs invierno
La nieve caída aquella mañana presagió la muerte anunciada de la niña que pretendió su amor bajo la luna estival. Debía aceptarlo, junio había dado paso a enero,… y otras manos eran dueñas de su recién estrenado cuerpo en libertad.
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6 comentarios:
Cuánto dolor mi niña!
Todo pasa y todo se transforma en algo más bello y esperanzador.
Aunque a veces cueste verlo.
Un besazo de esperanza, o sea verde como las praderas en primevera... ya no queda ná.
Gracias preciosa! Algún día nos reiremos de todo esto. Soy una sufridora nata... y siempre hay un hombre por medio... o dos... sufro por amor y por desamor... y a veces por gusto. Ya ves!
Gracias por ese beso. Te lo reenvío con doble ración de cariño.
Buenas y frías noches, de Galicia al País Vasco, con aires cubano y mexicano.
Muchas gracias por dejarme un coment y por hacerte seguidora de mi blog de Azulagua... No he podido responderte hasta hoy, pues sigo en casa y acabo de conseguir conexion de algun vecino supongo...
He leído este escrito de tu corazón helado (imagen auténticamente poética) y es casualidad q coincide con lo q le escribí a mi alumnita Aitana...
Q todo se mejore (incluida mi tós ;-) pues la fiebre ya se fue despues de torturarme 2 diítas...
Abrazos de sol, Marthazul.
Querida amiga Oihana:
He leído y disfrutado y sufrido tus palabras donde los gritos de dolor del cuerpo no son nada comparado con los gritos de dolor del alma. Así vamos por la vida. Pero a cada tristeza honda le sobreviene la alegría por pura ley de equilibrio, a la que tiende todo en la naturaleza.
Besitos:
Tadeo
El calor o el frío, la cercanía o la distancia, la pasión o el garbo, el brillo o el destello, la melodía o la armonía, la lágrima o la sonrisa, el beso o el abrazo, el estar o el ser, el amar o el querer, el sudor o el rubor, la toalla o la manta, el bar o la chimenea,...
Yo decididamente me quedo con el verano, prefiero tocar a intentar, prefiero la vida al letargo.
Besos, Ignacio
Querido Tadeo,
Qué sabias siempre tus palabras. En el equilibrio está la clave. En conseguirlo está la dificultad. Pero nunca me asustaron los retos. Todo llegará.
Mi querido Ignacio, tenemos preferencias comunes. El verano calienta más que el invierno, sin duda.
Besos a los dos!
Os lee,
Oihana
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