Sabía que estaría perdida cuando le vi mirar, entre la gente, hacia el lugar donde yo estaba. ¿Cómo una mirada puede decir tanto? Mi instinto me obligó a caminar hasta allí, y esperar a que dijeras algo. ¡Descarado! No tardó en llegar tu saludo. Tímido, arrogante.
Tus ojos me comían, de norte a sur. Los míos miraban al suelo, sin saber muy bien a qué punto aferrarse.
Tus palabras me drogaron. Veía mover tus labios sin saber muy bien ya qué decían. Todo mi cuerpo se hallaba ingrávito; flotando entre nubes que me empujaban hacia ti.
Un impulso más y me sorprendí comiéndote la boca. Saboreándote. Permitiendo que entraras en mí. Eternamente.
3 comentarios:
El amor es otro instinto más, puro y desinhibido como en este caso. Y es que a veces nada podemos hacer para frenar los impulsos que nos empujan a buscarlo.
Mil besos Ocarina,... Psique.
Perdona Oyi, me acabo de dar cuenta de que me equivoqué de nombre, lo siento cielo.
Sigo manteniendo el comentario porque era justo lo que quería decirte.
Con cariño,... Psique.
Nada se puede hacer por frenarlos, eso es cierto. O tienes mucho autocontrol o te dejas llevar por la corriente del amor y el deseo.
No te preocupes por el tema del nombre ;)
Un besazo!
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