viernes, 1 de agosto de 2008

Un lugar al que poder escapar


Cada día inventa un lugar hermoso al que poder escapar. Cada día, al sentirse devorada por la rutina y la problemática diaria, cierra los ojos e imagina el lugar idóneo al que podría exiliarse. Y lo hace. Le ayuda a retornar a la realidad con más fuerza, con más ganas de luchar y de alcanzar sus objetivos.

Hoy se siente desbordada. El trabajo, la familia... todo le pesa como si tuviera la carga de llevar el anillo único al monte del destino. Se siente un poco Frodo, con la responsabilidad de que su mundo no se desmorone y la oscuridad deje para siempre su interior sin luz. Se siente al borde de la depresión pero es fuerte.

Cierra los ojos y se sumerge en las aguas que le llevarán a su isla. Nada ansiosa por llegar y tumbarse en la arena al amparo del sol que devuelve la vida a su frío cuerpo. Allí tendida se abandona al sonido de las olas y al cosquilleo que la espuma le provoca en los pies. Se duerme.

De repente nota como una mano recorre su cuerpo y acaricia los lugares más ocultos. Ese juego hace que se estremezca. Es extraño, su lugar de auto-exilio siempre había estado desierto. ¿Quién es el intruso? ¿Qué significa este giro en sus sueños? Sin embargo, se resiste a abrir los ojos. Y se deja hacer. Aquel cuerpo robusto se coloca encima de ella obligando a que sus piernas se abran ligeramente para dejar paso a la suave y delicada embestida. Se queda sin respiración al sentir el miembro duro y firme del desconocido. Y se sigue dejando hacer. Su boca se ve sorprendida por el jugueteo de una lengua hambrienta. Los cuerpos se mueven acompasados y mecidos por las olas.

No sabe el tiempo que ha durado, ni en qué momento ha decidido abrir los ojos para descubrir quién se esconde detrás de esa virilidad. Tampoco ha podido ver con claridad de quién se trata. Sólo sabe que se ha sentido bien y que volverá. De ahora en adelante su oasis ya no estará desierto. En adelante, invocará la presencia del extraño al que irá poniendo cara, poco a poco, hasta saber exactamente de quién se trata.

"¿Qué te pasa mami?". La voz de un niño la saca de su ensimismamiento.

El viaje ha terminado y sin embargo ya está deseando volver.

1 comentario:

JULIO dijo...

Grandes cambios se avecinan. Es la época. ya te explico.

un beso
Julio