Te pienso y te quiero
y te acaricio en sueños
y me estremezco.
Me doy la vuelta y no te encuentro
ni tu cara, ni tus manos,
ni tus besos.
Te siento y mi cuerpo te llama
en mitad de la noche
hambriento.
Sigo sin encontrarte
ni mis manos, ni mi boca
ni mi sexo.
Te amo y te asesino
más bien a tu recuerdo
que viene a mí
noche tras noche
a atormentarme.
Sigo sin poder hacerlo
y estás en mí
y estoy en ti.
1 comentario:
Esas cosas pasan. Los recuerdos asesinados, por ejemplo...
besos
K
Publicar un comentario