jueves, 13 de noviembre de 2008

Arenas de soledad

Esta tarde me ha vuelto a ocurrir. El gorrión se volvió a posar en mi ventana. Y de repente una extraña nostalgia y tristeza se adueño de mi mente, de mi alma y de mi corazón. Es curioso, porque este pajarito malcriado suele ser asiduo a visitar a la gente de Cuba que vive fuera de la isla. ¿Por qué me elige?

Cuando esto ocurre, la única forma de sentirme cerca de esa tierra rodeada de agua e iluminada por un sol que calienta más cerca que aquí, es sentarme delante de la televisión y ponerme una película de entra las tantas de mi "dvdteca". Guardo con cariño "Balseros", "Suite Habana", "Guantanamera", "Cosas que dejé en La Habana", etc. Pero esta tarde estaba más musical, así que he elegido mi favorita: "Habana Blues". Y he vuelto a pasearme por las calles de esa mágica ciudad en hermosa decadencia arquitectónica.

"Arenas de soledad" me arranca todas las lágrimas que guardo. Me pongo a llorar y no puedo parar hasta que me quedo seca.

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